Anoche, grata compañia... y las infaltables conversaciones q al final de la noche hacen que no te puedas dormir y que te quedes pensando. Esta vez el tema era la familia, nuestros padres, y a partir de una critica ligera a cada uno de los nuestros, las cosas empiezan a sonar más profundas.
Fue desconcertante escuchar ciertas experiencias vividas por otros...es inquietante la aparente tranquilidad de esas personas al narrar episodios de sus vidas que TIENEN que haber dejado alguna huella; pero sin embargo, no lo parece...
Mientras escuchaba, cada vez me impresionaba más,no solo por lo que decían, sino por saberme "ajena" a todo eso, yo no tenía nada que contar...
Me sentia una ignorante en medio de todos... me sentía inexperta, inmadura, sin ningún derecho a compartir la mesa con gente a la cual no tenia nada que revelarles que estuviera en el contexto de lo que hablábamos...
pero aunque inexperta, inmadura y todo lo demás, despúes de un rato me di cuenta que no era "ajena" la palabra justa...tal vez, personalmente, no me ha pasado algo que haya sido digno de contar en aquella mesa...pero si, muchas muchas veces, me ha tocado ser un espectador directo... y cada una de esas veces me he sentido parte de...
No son mis vivencias, pero al mismo tiempo sí lo son, y las he sentido como si fuesen mías propias...
A veces se siente como si estuviera en el ojo del huracán, y puede ser masoquista, pero a veces no sé si agradecerlo.